domingo, 8 de marzo de 2020

No me felicites por ser mujer, Emma Rubio.


No me felicites por ser mujer, no ha sido un logro, nací mujer y estoy orgullosa de serlo. Ser mujer es lo mejor que me ha pasado, soy parte de esa conciencia colectiva de lucha y de fuerza social.
Deja de felicitarme y mejor ayúdame a que yo pueda tener las mismas oportunidades, que no tenga que soportar las miradas lascivas, los comentarios sexuales y las insinuaciones ya “normalizadas” para yo poder tener un trabajo.
No me felicites, si en verdad te nace hacer algo bello por mí, respétame, respeta mi libertad de andar por las calles sin temor a que me digas algo por como voy vestida o simplemente porque soy mujer.
No me mandes ni imágenes ni corazones ni nada que está permeado de un romanticismo mal entendido y banalidad, mejor trabaja en conjunto conmigo para que cada corazón de esos simbólicos que mandas sean la representación de las mujeres que han muerto, esas que han matado por el hecho de ser mujeres.

No me felicites, por favor, mejor deja que entre a mi oficina sin incomodarme por tus miradas, por tus acosos. Permíteme hacer mi trabajo y poder desarrollarme como tú lo haces, no condiciones mi crecimiento profesional en función de lo “amable” que sea yo contigo.
Deja de felicitarme como si se tratase de una celebración, estamos conmemorando a esas mujeres que perdieron la vida por luchar por sus derechos más básicos. No es motivo a celebrar, es un hecho histórico para repensar y resignificar en nuestro presente ¿qué hacemos para terminar con esas injusticias y desigualdades?
No me felicites porque si lo sigues haciendo el día de mañana habrá aún hombres que feliciten a tu hija o hijas y eso significará que a pesar de lo que hoy hagamos las mujeres siguió siendo en vano el esfuerzo, la lucha, la muerte.
Y a ti mujer, tampoco me felicites, recuerda que eres parte de esta lucha, que ya es tiempo de que te salgas de ese confort que de repente te da el machismo, deja ya de replicar clichés y únete a quienes estamos tratando de hacer conciencia. Lucha por ser libre, porque puedas andar por las calles segura, libre de acoso y con la certeza de que llegarás a salvo a casa. Educa a tus hijas a sentirse fuertes y valiosas, deja de decirles princesas porque son niñas que serán mujeres y necesitamos formar mujeres fuertes, que se respeten a sí mismas, que se sepan completas desde que nacieron y no reproduzcan la idea absurda del amor romántico. Que sepan que el verdadero amor es el que se dan a sí mismas y el que tendrán en igualdad con la persona que decidan estar.
Por eso, hoy les pido ya que dejen de felicitarme y a cada mujer porque más que ser un bello acto, termina siendo la reproducción de la ignorancia, la indiferencia y la falta de conciencia con respecto a lo que es una conmemoración por la lucha de muchas mujeres que han dejado esta vida en pie de guerra. Lucha que por desgracia sigue y cada vez son más las muertas que velamos, las violaciones impunes, los acosos acallados. ¿En verdad consideras que hay algo qué celebrar? Hoy, más bien, debemos guardar silencio por las mujeres que han muerto y las que mueren en vida. El día que dejes de decirme “felicidades” será el día en que tengamos la conciencia y sepamos diferenciar entre celebración y conmemoración; ese día, podremos decir que hemos dado un paso adelante a favor de la igualdad y la equidad.

@Hadacosquillas, Emma Rubio