Y ahora, antes de irme, si me lo permites quiero devolverte algunas cosas y tal vez quedarme con algunas otras:
Te devuelvo mis pensamientos que siempre eran para ti.
Me quedo con esos largos y amargos momentos en los que no
sabía nada de ti, porque estabas ya en otros brazos que no eran los míos.
Te devuelvo las lágrimas que lloré mientras te ibas a
otros brazos y no pude hacer nada para evitarlo.
Te devuelvo todos esos mensajes que te envié sin recibir
respuesta porque ya le contestabas a alguien más.
Te devuelvo esas largas noches que pase sin dormir
preguntándome el porqué de tu traición.
Te devuelvo todo mi dolor, ese dolor que me traspaso el
alma cuando me entere de tu traición, te devuelvo todo mi coraje todo ese mal
que sentí cuando no tuviste el valor de decirme la verdad.
Te devuelvo ese rencor, ese deseo de cobrarme por lo que
me hiciste, que invadió todo mi ser, que me llevo a pensar en hacerte pagar
todas tus mentiras.
Te devuelvo tu cobardía de no saber enfrentarme y decirme
simplemente que ya no me amabas.
Te devuelvo tu promesa de no hacerme daño, de no
lastimarme, solo eso te pedí y no cumpliste.
Te devuelvo cada una de tus mentiras, te devuelvo tu
falso amor.
Te dejo todas las lágrimas que derramé mientras escribía
estas líneas.
Te dejo el dolor que en este momento siento, mi
coraje.
Mi desilusión. Todo te lo dejo aquí.
Me llevo las cicatrices que me dejaste con tu traición porque esas me
recordaran que yo si supe amar, que yo te entregué todo mi ser, toda mi
confianza, toda mi lealtad, todo mi amor, todo mi apoyo y comprensión.
Me llevo también mi corazón destrozado, me gustaría
dejártelo pero sabes, está muy lastimado y necesito curarlo, para que algún día
vuelva amar más, más, mucho más, de lo que te amé a ti.
Te dejo mi deseo que seas feliz, muy feliz.
Autor: Silvia Rosas
No hay comentarios.:
Publicar un comentario