No había noche que no repasara mi vida a tu lado, cada minuto lo relacionaba contigo, eras el hombre definitivo para mí.
Suerte la mía aquella mañana donde recibí tu mensaje, porque sí, ni la cara pudiste darme.
En aquel mensaje decías que no podías mas con la relación. "Que yo era una gran mujer, pero no era la tuya; que me deseabas lo mejor", ¿pero qué carajos?, lo mejor eras tú.
Me llené de rabia y tratando de no tirar el celular al piso, junto a todas mis ilusiones, te respondí con el odio que jamás había sentido antes, te dije que no quería saber más de ti, que eras un cobarde, poco hombre, que había dado todo de mí, como nunca antes. Te dije que eras un hombre que no sabía valorar el amor puro que te entregaba, con el cólera apoderándose de mí, en pocas palabras te dije que te fueras a la mierdx.
Lo sabes, ese día maldije tu nombre y a tu futura descendencia, te envié al infierno y deseaba que no regresaras más.
Pero a las horas… en mi interior seguía amándote y me sentía estúpida, ¿cómo voy a amar a quién me desprecia? ¡Soy una idiota! me decía cada que recordaba las veces que te escuchaba decir ‘te amo’. ¿Desde cuándo lo dejaste de sentir y mentías?...
Jamás lo supe.
Me nuble días, semanas y meses. Me puse gris, me sentí lastimada. Descuide mi aspecto físico, mi pelo era un desastre, como en ese momento sentía que lo era mi vida. Pasaba noches sin dormir, mis ojeras llevaban tu desgraciado nombre, los recuerdos perforaban mi cerebro, sumándole aún la negación de que lo nuestro había terminado.
Viví un infierno cuando te fuiste. Pero ese mismo infierno me cocino un nuevo cuerpo, me desinfecto de los errores que cometí contigo, forjo a una mujer más sabia y sobre todo me hizo entender lo equivocada que vivía por querer aferrarme a quién no quería ser más mi compañero.
Hoy te agradezco, en donde quiera que estés, el que me hayas dejado aquel día, si no lo hubieras hecho, no hubiera conocido lo fuerte que soy, ni hubiera alimentado mis talentos y ser lo que hoy me enorgullece.
Autor: Iliana Cobian
Viví un infierno cuando te fuiste. Pero ese mismo infierno me cocino un nuevo cuerpo, me desinfecto de los errores que cometí contigo, forjo a una mujer más sabia y sobre todo me hizo entender lo equivocada que vivía por querer aferrarme a quién no quería ser más mi compañero.
Hoy te agradezco, en donde quiera que estés, el que me hayas dejado aquel día, si no lo hubieras hecho, no hubiera conocido lo fuerte que soy, ni hubiera alimentado mis talentos y ser lo que hoy me enorgullece.
Autor: Iliana Cobian
Te entiendo perfectamente, de la
ResponderBorrarMisma manera y explicaciones me mandaron a volar cuando yo fui siempre una buena mujer con el, no lo odio, mi corazón no lo puede odiar solo le deseo luz en su vida , al final siento que él la necesita más que yo …un abrazo fuerte