¡Qué locura es la vida! Se nos va parte de ella tratando siempre de no perder, de no dejar todo aquello que amamos, de no perder lo que consideramos parte de nosotros, de no abandonar proyectos emprendidos aunque en el fondo sintamos que lo que estamos realizando no nos está dando los resultados deseados y no nos está llevando a ningún lado. Al grado de preguntarnos en algunas ocasiones si estamos haciendo lo correcto o sólo estamos perdiendo el tiempo. Si merece la pena continuar o deberíamos abandonar.

Y justo ahí llegué hoy, a esa pregunta que me aprieta el corazón, que me duele hasta el alma: ¿Mereces la pena o debo dejarte ir?
Lo sé, la respuesta es muy clara, pero por algún motivo que ni siquiera sé, me había empeñado en mantener esta relación. Una relación difícil que me ha venido causando más tristeza de alegría, más decepciones y sin sabores que satisfacciones. Muy dentro de mí sé lo que hay que cambiar y lo que hay que dejar ir, sin embargo, el sólo pensar en todos esos cambios me aterraba; sentía miedo y temor de arrepentirme, miedo de ver que al final sólo he perdido mi tiempo, miedo a imaginarme un futuro sin ti, pasando por alto el daño que nos hemos causado, ver que todos los sentimientos que invertí con la firme idea de haber tomado las decisiones correctas terminarán en la basura, y peor aún, miedo a esa angustiante sensación de haber fracasado.
Es por eso que seguía aquí, luchando por ti, luchando por amor una y otra vez como si se tratase de una actitud optimista, evadiendo todo tipo de señales de desinterés de tu parte. Me aferré a consejos y frases creyendo que todo volvería a funcionar, que un buen día los astros se iban a alinear y esa realidad que tanto deseaba, se convertiría en realidad. Pero sólo he conseguido que la realidad me golpee más duro cada vez, y lo último que quiero es convertirme un alguien sumamente obsesiva.
Es cierto que no existen fórmulas, ni recetas mágicas que nos indiquen sin errores cuando debemos abandonar y cuando merece la pena seguir luchando por algo o por alguien, pero el simple hecho de ver todo esto que creímos que era amor, nos está dejando más que pérdidas con dolor y sufrimiento ¡es la primera señal! Es por eso que hoy he decidido esclarecer mis límites mentales para tomar una decisión correcta, y darme cuenta que realmente no merece la pena estar contigo, no merece la pena el sacrificio y las lágrimas, y definitivamente, llego el momento de abandonar esta lucha.
Date cuenta que no es lo mismo tener una relación complicada y estar en una relación con dificultades (problemas surgen a partir de factores externos: dinero, enfermedad, etc.). El luchar una y otra vez por algo así, sólo está absorbiendo mi energía y aunque me duela decirlo, también mi autoestima. Aquí lo más sano es cortar por las buenas, y tomar todo esto como una buena lección, no nada más para mejorar aquellos puntos débiles que afectaron esta relación, sino también para entender que son nuestras malas elecciones la causa principal del porqué muchas veces no nos va bien en el amor.
Si lo analizas bien, no es muy difícil deducir por qué tipo de relación debes luchar por amor hasta el final, ¿verdad? Sin embargo muchos creen que en las complicadas es cuando más se debe persistir, pero cuando vienen las dificultades se rinden más fácilmente. El mundo está al revés. Déjame cambiar eso a partir de ahora y dejemos de luchar por causas perdidas, déjame sanar mi interior.
Y es que si no decido lo mejor para mí, ¿quién lo hará? ¡Nadie! Nadie me puede indicar el momento exacto para abandonar o seguir adelante en una relación complicada, porque nadie me conoce mejor que yo misma. Haber invertido contigo tiempo, esfuerzo y sentimientos, no significa que merezca la pena seguir luchando por algo que no está funcionando, ni significa que seguir esperando resultados vaya a cambiar la situación; así como abandonar tampoco significa fracasar, por el contrario, porque muchas veces abandonar puede ser una manera infalible para no fracasar.
Por último, sólo quiero decirte que luché hasta el final, que di lo mejor de mí y mi amor fue verdadero, pero lo más sensato es esté punto final. Ahora mismo sé que es una de las decisiones más dolorosas que he tomado, pero espero algún día agradecer el haber dicho adiós a tiempo. Porque sólo así podré conservar un buen recuerdo de esta relación…
Tener o no un final feliz depende de dónde decidamos detener la historia.
Autor: Karla Galleta
Muchas gracias por tu escrito, define tanto lo que estoy pasando en estos momentos, encontré a la persona que siempre busque ese que de niña quería y hace 4 años no encontré y me afre sin darme cuenta a seguir ahí a pesar de saber que tal vez no era lo mejorhoy por hoy , el va a ser papa y yo cumpliendo los sin que el estuviera presente, dios me dios lo que quería y me dijo no puedes tenerlo , lo amo con mi corazón y es una buena persona pero siento que debo dejarlo ir para que pueda volver a sonreír pero me duele mi corazón
ResponderBorrar