Yo no quiero ser la debilidad de nadie si no fortaleza, un apoyo, un respaldo, un lugar a donde poder acudir en momentos de hartazgo, de duda o en esos casos donde se desborda la tristeza y las cosas se nos salen de las manos.
No quiero ser su perdición, mucho menos salvación, solo un punto intermedio en donde quepa a veces la cordura, a veces el desquicio, el punto de retorno cargado de comprensión y cariño.
No quiero ser tu ruta de escape, quiero ser sendero, el que andas lento, en el que te detienes a mirar el paisaje, al que acudes, por el que pases una y otra vez sin sentir hastío, flojera o aburrimiento y ser tu camino predilecto.
No quiero ser deseo desbocado, quiero llenarte de calma cuando haga falta, quien te sepa triste sin que digas nada, quien sepa robarte las sonrisas que creas escasas, quien te abrace y te repare y te sientas lista para salir avante.
No quiero construir recuerdos, quiero vivir instantes memorables, quiero que muchas canciones lleven tu nombre y tantos libros pasen por nuestras manos, quiero seguir llenando la videoteca de cintas románticas y cursis, hacer nuestro el café de la esquina y el parque frondoso del barrio, que algunas calles reconozcan nuestros pasos, conducir y tomarte de la mano y amar los silencios cómodos a tu lado.
Yo no quiero ser poeta, quiero ser poema, el que leas y reescribas, el que te acaricie sin tocarte de vez en diario, el que el pecho te inflame, el que te bese cuando yo te falte, el que te toque y te incendie, el que te desvista y te seduzca y renazca en tus labios, el que te conduzca al orgasmo.
Autor: Lucsor
FOGOSO MUY BUENO...
ResponderBorrarGracias por venir a leerlo, Inés ^_^
ResponderBorrar