lunes, 6 de febrero de 2017

Yo te recuerdo...

Es cierto que te pienso y mucho. Te pienso más de lo que admito, más de lo que me gustaría. 

Te recuerdo de día y de noche, con alguna canción, en algún lugar o entre algunas personas.

También es cierto que te lloro. No a menudo ni constante y es que he llegado a pensar que las lágrimas destinadas para ti se acaban, como se acabó la confianza, el respeto y nuestro tiempo juntos.

Te clavaste tanto en mí, que ahora no sé bien qué pasará sin ti.

Me has marcado el alma, la mente, la maldita mente, el cuerpo, el corazón, toda mi vida pues ha sido marcada por tu existencia.


Y apenas Dios sabe si tu existencia viva sin la mía. Porque como ya lo dije, te pienso y después de pensarte mi mente se pregunta si también me piensas a mí, si también me recuerdas o me lloras; si estoy clavado en tu mente, en tu bendita mente o marcado en tu vivir.

Es más que cierto que te extraño y extrañarte se ha convertido en una rutina de esas a las que la gente se acostumbra y hace por inercia, mas no deja de ser desagradable. Y así fue tu partida, desagradable, como tu persona, como tus manías, como tu loca forma de ser que para el puto colmo también extraño.

Es cierto que te pienso, te recuerdo, te lloro y te extraño y, tal vez estas líneas te hagan pensar que hasta te amo. Pero no te confundas dolor mío, ya no te amo.


Autor desconocido

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