Dejémonos de cuentos. Si un hombre no te llama, es porque no quiere llamarte. Si no te invita a salir, es porque no quiere verte. Si te trata como si fueras un comino, es porque le importas un comino. Si te traiciona, es porque no le gustas bastante. Si te deja ir es porque no quiere estar contigo. Es que no estoy listo, es que tú eres la mujer de mi vida pero, es que ahora no es el momento, es que no sé, es que tengo que organizar mi vida, es que sí pero no, es que, es que, es que… ¿Es que? ¡Es que no quiere!
Vivimos
probreciteando a los hombres y siguiéndoles su jueguito de confusión y
victimación porque “pobrecitos, el que me ama pero yo lo entiendo”. Dejemos una
cosa clara: Cuando un hombre quiere estar con una mujer, ¡Está! Así de fácil.
Sin tantos enredos, sin tantas mentiras, sin tantas excusas. Cuando un hombre
se derrite por tí, puede que le de miedo, claro que sí, pero lo enfrenta porque
no va a arriesgarse a perderte.
Deja de
ser tan Madre Teresa de Calcuta, justificándole cada rechazo, cada desplante y
cada excusa. Ponte TÚ en un primer lugar. No necesitas a alguien que no sabe lo
que quiere, que no ve lo mucho que vales, que no ve todo lo que puedes aportar
a su vida. Por favor, no quieras intranquilidad, dudas y desprecio envuelto en
explicaciones sin sentido. Tú mereces, MERECES un hombre que sepa qué tiene al
frente, que te valore y se esfuerce cada día por ti.
Deja ya de romperte las uñas por algo que probablemente no va a ser tan bueno como tú piensas y date la oportunidad de recibir todo lo que mereces con un hombre que si te quiera.
RECUERDA:
No existe hombre asustado o confuso.
Tampoco
existe hombre trágicamente afectado por el pasado, ni hombre necesitado de
ayuda. Los hombres se dividen solamente en dos categorías: lo que te quieren y
los que no.
¡Todo el resto es una excusa!
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