domingo, 18 de diciembre de 2016

Fragmento de Elvira Sastre.


Estoy rota por dentro
y no lo oculto.
Sé que pasará un tiempo
hasta que puedas abrazarme
y no se te claven mis pedazos,

esta parte de ti
hecha añicos aquí dentro.


Poco a poco
voy comprendiendo este peso,
esta carga de nostalgia
tremebunda
que nadie logra sostener,
esta tristeza
que tú entendiste y acariciaste


hasta que te miró de frente
y la soltaste.


No te culpo,
es importante que lo sepas.

Me hiciste dormirla
durante tanto tiempo
que sigo creyendo
que fuiste un milagro
aunque ya no crea en la fe.

Sé que mi risa es una meta
y mi tristeza el camino,
sé que ambas volverán
a partir el mundo de alguien en dos,
pero ahora solo necesito
cuidar de mí misma
y dejarme en las manos del tiempo
que me acompaña siempre.

El tiempo pasa lento
como el vuelo de esos pájaros
que ya no llegan
y la vida parece un otoño
que no termina de romper.

He de aprender a seguir, me repito,
tras esta barrera de barro y recuerdos.

He de hacerlo, me digo,
con las manos llenas de años.

No lo estoy haciendo mal, amor.

Me dejo abrazar
por el sol de la calle,
pienso en el mar a cada instante,
pienso en él cuando me ahogo
y respiro, intento respirar,
trato de controlar el aire
que me falta a veces
y otras veces lo consigo,
y pienso que te gustaría saberlo.

A veces me río, amor,
y me acuerdo de ti,
y pienso que te gustaría saberlo,
que lo echarás de menos
y entonces un pájaro
se para en mi alféizar
y me tiende un ala.

Autor: Elvira Sastre | Fragmento.

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