miércoles, 21 de diciembre de 2016

Por si acaso piensas en quedarte, María José Carrasco.

Si te quieres quedar, ven, toma mi mano y déjame mostrarte lo mejor y lo peor de mí. Pero debes saber que pondré el cielo y el infierno a tus pies, una y mil veces.
Alguien alguna vez me dijo que siempre siento y vivo todo al cien, y es cierto. Cuando me enamoro, me enamoro con todo y me muero en la raya por esa persona, así que jamás podrás dudar de lo que siento.
Si piensas estar aquí tienes que saber que, posiblemente te voy a escribir cartas de lo más cursis, te diré mis secretos y sueños al oído. Y por supuesto que también te daré ese lado pervertido que habita en mí persona.
Pero también tienes que saber que, quiero un amor que de tan sólo al pensar en esa persona me haga vibrar no solo el corazón, sino también el alma, que haga que me brillen los ojos, la sonrisa y hasta la vida. Un amor que me haga querer ser mejor, siendo yo misma, que me ame con todo y por todo lo que soy o no soy y lo que jamás voy a ser. Un amor sin prisas, de esos que te pones en la puntita de la lengua y se saborean y disfrutan despacito y con cada parte de tu ser. Un amor que no le importe ser cursi, y que demuestre con hechos, lo que dice con palabras. Algo que sea de dos y no haya espacio para inseguridades y terceros, cuartetos o quintetos. Un amor de equipo, porque si llegamos a estar juntos seremos eso, un equipo.
Un amor lleno de eternidad y sinceridad; porque ya no quiero más amores fugaces. Sabiendo que las cosas ya no duran, quiero un amor que dure hasta la muerte, mi muerte, tú muerte, ¡la muerte de quien sea!, pero que dure. 

Quiero quedarme en casa a ver películas y a mitad de éstas empezar a abrazarnos, que me beses el cuello y bueno…tú sabes que viene después. Un amor que me mire como si se hubiera ganado la lotería. Un amor que me haga sentir la persona más segura del mundo estando entre sus brazos, y que viva conmigo ese momento, sólo dejándonos ser. Un amor que me haga levantarme todos los días con una sonrisa de oreja a oreja, y diciéndome a mí misma lo afortunada que soy porque estemos en nuestras vidas. Un amor al que no le importe mis niñadas, porque vaya que soy muy simple, y aún mejor, que se ría conmigo o de mí, pero que disfrute de verme ser tan plena cuando soy feliz y disfruto de la vida. Un amor que me coma a besos, que me quite las dudas con abrazos tan fuertes que no quepan signos de interrogación, y se lleve los malos recuerdos con caricias sinceras, de corazón a corazón.
Un amor en el que no haya espacio para orgullos.
Alguien a quien no le importe mi pasado y lo estuviera antes de nosotros, que me quiera aun en mis momentos más confusos y difíciles, porque ahí es cuando más lo necesitaré a mi lado. Un amor que sepa que habrá obstáculos en nuestro camino, pero que quiera estar ahí para superarlos juntos. Un amor que aun sin tocarnos, nos hagamos sentir el brillo de todas las estrellas brotando desde lo más profundo de nosotros. Que no solo sea mi pareja, sino también mi mejor amigo, alguien con quien pueda reír, llorar y hasta salir de fiesta sin miedo, pena o freno alguno. Quiero estar con alguien que, aun cuando yo sea lluvia me haga volverme el más bonito atardecer, y que busque pretextos sólo para verme feliz.
Por primera vez en la vida, quiero encontrar alguien que tenga miedo de perderme.
Un amor donde sólo seamos dos, y pudiendo elegir a cualquier otro, siempre decidamos elegirnos a nosotros. Algo donde sepamos que no somos ni vamos a ser perfectos, algo que sí, va a tener errores, heridas y puede que hasta grietas, pero que a pesar de eso parezca que no hay nadie mejor. Alguien que me haga sentir de cabeza y en la luna, que cuando pase mis dedos por su espalda sea como recorrer sus estrellas y cuando nuestros cuerpos se juntes me inunde con sus galaxias. Un amor que me arranque los miedos de raíz, apretándome con fuerza contra su cuerpo, viéndome a los ojos solo para decirme todo sin pronunciar una sola palabra y llenarme de calma la vida.
Quiero poder compartirme con alguien que quiera estar aquí y quedarse a ver todo lo que puede venir.
Si piensas quedarte, puedes tener la certeza de que todo será mutuo. Que te voy a amar y a valorar en todo momento, y que ya no seremos ni tú ni yo, sino nosotros.

Autor: María José Carrasco

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